sábado, 14 de agosto de 2010

¿EXISTIÓ JESÚS? FUENTES NO CRISTIANAS (Parte 7 de 16)


Virtualmente todas las otras aseveraciones de Jesús vienen de fuentes fuera de las escrituras Cristianas. Sin embargo, devastador para los argumentos de los Cristianos, es que todos estos otros recuentos vienen de autores que vivieron después de la supuesta vida de Jesús. Ya que no vivieron durante la vida del Jesús hipotético, ninguno de estos recuentos sirve como evidencia válida.
Flavio Josefo, el historiador Judío, fue el primer no-Cristiano en mencionar a Jesús. Aunque muchos estudiosos piensan que los cortos recuentos de Josefus sobre Jesús (en Antigüedades) vinieron de interpolaciones perpetradas por un padre de la Iglesia (muy probablemente, Eusebio), el nacimiento de Josefus en el 37 E.C., tiempo después de la supuesta crucificción de Jesús, lo pone fuera del rango de recuentos presenciales. Más aun, escribió Antigüedades en el 93 E.C., ¡después de los primeros evangelios escritos! Por lo tanto, inclusive si sus recuentos de Jesús vinieron realmente de su propia mano, su información solo sirve como habladurías.
Plinio El Joven, un oficial Romano, nacido en 62 E.C. Su carta sobre los Cristianos sólo muestra que obtuvo su información de los mismos creyentes Cristianos. De cualquier manera, su fecha de nacimiento lo pone fuera del rango de testigos presenciales.
Tácito, el nacimiento del historiador Romano en el año 64 E.C., lo pone bastante después de la supuesta vida de Jesús. Hace una breve mención de un “Cristus” en sus Annales (Libro XV, Sec. 44), el cual escribió alrededor del 109 E.C. No da ninguna fuente para su material. Aunque muchos han disputado la autenticidad de la mención de Tácito de Jesús, el hecho mismo de que su nacimiento haya sucedido después del supuesto Jesús y haya escrito Annales durante la formación del Cristianismo, muestra que sus escritos solo pueden proveernos de recuentos de habladurías.
Setonio, un historiador Romano, nacido en 69 E.C. menciona a un “Crestus”, un nombre común. Los defensores asumen que “Crestus” significa “Cristo” (una aseveración bastante cuestionable). Pero inclusive si Setonio quiso decir “Cristo”, eso no dice nada sobre un Jesús terrenal. Igual que los otros, el nacimiento de Setonio ocurrió bastante después del supuesto Jesús. Una vez más, solo habladurías.
Talmud: Increíblemente algunos Cristianos usan breves porciones del Talmud (una colección de leyes religiosas Judías, incluyendo comentarios sobre el Torah), como evidencia de Jesús. Ellos aseveran que Yeshu (un nombre común en la literatura Judía) en el Talmud se refiera a Jesús. Sin embargo, este Jesús, según Gerald Massey, en realidad describe a un discípulo de Jehoshua Ben-Perachia al menos un siglo antes del supuesto Jesús Cristiano. (Massey). Sin importar como uno interprete esto, el Talmud Palestino fue escrito entre el 3er y 5to siglo E.C., y el Talmud de Babilonia fue escrito entre el 3er y 6to siglo E.C., ¡al menos dos siglos después de la supuesta crucificción! En el mejor de los casos sirve solo como una leyenda controversial tanto Cristiana como pagana; no hay manera de que sirva como evidencia de un Jesús histórico.
Defensores Cristianos usan en su mayoría las fuentes antes descritas como fuentes de su “evidencia” de Jesús porque creen que representan las mejores fuentes externas. Todas las otras fuentes (Cristianas y no-Cristianas) vienen de fuentes aun menos confiables, algunas de las cuales incluyen: Mara Bar-Serapion (alrededor del 73 E.C.), Ignacio (50 – 98? E.C.), Polycarpo (69 – 155 E.C.), Clemente de Roma (? – circa 160 E.C.), Justin Martyr (100 – 165 E.C.), Luciano (alrededor del 125 – 180 E.C.), Tertulliano (160 – ? E.C.), Clemente de Alejandría (? – 215 E.C.), Origen (185 – 232 E.C.), Hipólito (? – 236 E.C.), y Cypriano (? – 254 E.C.).
Como se puede ver, todas estas personas vivieron tiempo después de la supuesta muerte de Jesús. Ninguno de ellos provee recuentos presenciales, todos ellos simplemente repiten habladurías.
Como pueden ver, los defensores Cristianos se avergüenzan a sí mismos cuando consciente o inconscientemente violan las reglas de la historiografía usando escritos después del evento como evidencia para el evento mismo. Ni uno solo de estos escritos hace referencia a fuentes o respalda sus aseveraciones con material de evidencia sobre Jesús.
Aunque podemos proveer más de una razón del porqué las fuentes Cristianas y no-Cristianas se muestran espurias, y podemos discutir interminablemente sobre ellas, podemos ponerle pronto fin a todo esto simplemente determinando las fechas de los documentos y las fechas de nacimiento de los autores. No importa lo que estas personas hayan escrito sobre Jesús; un autor que escribe después del supuesto evento y no ofrece fuentes detectables de su material solo puede escribir ejemplos de habladurías.
Todos estos escritos sobre Jesús pudieron haber venido facilmente de las creencias y cuentos de mismos Cristianos creyentes. Y como sabemos por los mitos, la superstición y la fe, las creencias no requieren de hechos o de evidencia para su propagación y circulación. En consecuencia solo tenemos creencias sobre la existencia de Jesús, y nada más.

Fuente: Dios es Imaginario-www.diosesimaginario.com
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Bibliografía:
Massey, Gerald, “Gerald Massey’s Lectures: The Historical Jesus and Mythical Christ,” 1900

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