viernes, 28 de mayo de 2010

En el mundo al revés, la pobreza se justifica por la herencia genética

En el mundo al revés, la pobreza se justifica por la herencia genética: "Patas arriba: La escuela del mundo al revés (1998)«Los subordinados deben obediencia eterna a sus superiores, como las mujeres deben obediencia a los hombres. Unos nacen para mandones, y otros nacen para mandados.

El racismo se justifica, como el machismo, por la herencia genética: los pobres no están jodidos por culpa de la historia, sino por obra de la biología. En la sangre llevan su destino y, para peor, los cromosomas de la inferioridad suelen mezclarse con las malas semillas del crimen. Cuando se acerca un pobre de piel oscura, el peligrosímetro enciende la luz roja; y suena la alarma».

Patas arriba: La escuela del mundo al revés (1998)
[Extracto del libro escrito por Eduardo Galeano]

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miércoles, 19 de mayo de 2010

La cultura del consumo ha hecho de la soledad el más lucrativo de los mercados

La cultura del consumo ha hecho de la soledad el más lucrativo de los mercados: "Eduardo Galeano«El derecho al derroche, privilegio de pocos, dice ser la libertad de todos. Dime cuánto consumes y te diré cuánto vales. Esta civilización no deja dormir a las flores, ni a las gallinas, ni a la gente. En los invernaderos, las flores están sometidas a luz continua, para que crezcan más rápido. En las fábricas de huevos, las gallinas también tienen prohibida la noche. Y la gente está condenada al insomnio, por la ansiedad de comprar y la angustia de pagar. Este modo de vida no es muy bueno para la gente, pero es muy bueno para la industria farmacéutica. EEUU consume la mitad de los sedantes, ansiolíticos y demás drogas químicas que se venden legalmente en el mundo, y más de la mitad de las drogas prohibidas que se venden ilegalmente, lo que no es moco de pavo si se tiene en cuenta que EEUU apenas suma el cinco por ciento de la población mundial.

“Gente infeliz, la que vive comparándose”, lamenta una mujer en el barrio del Buceo, en Montevideo. El dolor de ya no ser, que otrora cantara el tango, ha dejado paso a la vergüenza de no tener. Un hombre pobre es un pobre hombre. «Cuando no tenés nada, pensás que no valés nada», dice un muchacho en el barrio Villa Fiorito, de Buenos Aires. Y otro comprueba, en la ciudad dominicana de San Francisco de Macorís: «Mis hermanos trabajan para las marcas. Viven comprando etiquetas, y viven sudando la gota gorda para pagar las cuotas».

Invisible violencia del mercado: la diversidad es enemiga de la rentabilidad, y la uniformidad manda. La producción en serie, en escala gigantesca, impone en todas partes sus obligatorias pautas de consumo. Esta dictadura de la uniformización obligatoria es más devastadora que cualquier dictadura del partido único: impone, en el mundo entero, un modo de vida que reproduce a los seres humanos como fotocopias del consumidor ejemplar.

El consumidor ejemplar es el hombre quieto. Esta civilización, que confunde la cantidad con la calidad, confunde la gordura con la buena alimentación. Según la revista científica The Lancet, en la última década la “obesidad severa” ha crecido casi un 30 % entre la población joven de los países más desarrollados. Entre los niños norteamericanos, la obesidad aumentó en un 40% en los últimos dieciséis años, según la investigación reciente del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Colorado. El país que inventó las comidas y bebidas light, los diet food y los alimentos fat free, tiene la mayor cantidad de gordos del mundo. El consumidor ejemplar sólo se baja del automóvil para trabajar y para mirar televisión. Sentado ante la pantalla chica, pasa cuatro horas diarias devorando comida de plástico.

Triunfa la basura disfrazada de comida: esta industria está conquistando los paladares del mundo y está haciendo trizas las tradiciones de la cocina local. Las costumbres del buen comer, que vienen de lejos, tienen, en algunos países, miles de años de refinamiento y diversidad, y son un patrimonio colectivo que de alguna manera está en los fogones de todos y no sólo en la mesa de los ricos. Esas tradiciones, esas señas de identidad cultural, esas fiestas de la vida, están siendo apabulladas, de manera fulminante, por la imposición del saber químico y único: la globalización de la hamburguesa, la dictadura de la fast food. La plastificación de la comida en escala mundial, obra de McDonald's, Burger King y otras fábricas, viola exitosamente el derecho a la autodeterminación de la cocina: sagrado derecho, porque en la boca tiene el alma una de sus puertas.
[...]
Las masas consumidoras reciben órdenes en un idioma universal: la publicidad ha logrado lo que el esperanto quiso y no pudo. Cualquiera entiende, en cualquier lugar, los mensajes que el televisor transmite. En el último cuarto de siglo, los gastos de publicidad se han duplicado en el mundo. Gracias a ellos, los niños pobres toman cada vez más Coca-Cola y cada vez menos leche, y el tiempo de ocio se va haciendo tiempo de consumo obligatorio. Tiempo libre, tiempo prisionero: las casas muy pobres no tienen cama, pero tienen televisor, y el televisor tiene la palabra. Comprado a plazos, ese animalito prueba la vocación democrática del progreso: a nadie escucha, pero habla para todos. Pobres y ricos conocen, así, las virtudes de los automóviles último modelo, y pobres y ricos se enteran de las ventajosas tasas de interés que tal o cual banco ofrece.

Los expertos saben convertir a las mercancías en mágicos conjuntos contra la soledad. Las cosas tienen atributos humanos: acarician, acompañan, comprenden, ayudan, el perfume te besa y el auto es el amigo que nunca falla. La cultura del consumo ha hecho de la soledad el más lucrativo de los mercados. Los agujeros del pecho se llenan atiborrándolos de cosas, o soñando con hacerlo. Y las cosas no solamente pueden abrazar: ellas también pueden ser símbolos de ascenso social, salvoconductos para atravesar las aduanas de la sociedad de clases, llaves que abren las puertas prohibidas. Cuanto más exclusivas, mejor: las cosas te eligen y te salvan del anonimato multitudinario. La publicidad no informa sobre el producto que vende, o rara vez lo hace. Eso es lo de menos. Su función primordial consiste en compensar frustraciones y alimentar fantasías: ¿En quién quiere usted convertirse comprando esta loción de afeitar?

El criminólogo Anthony Platt ha observado que los delitos de la calle no son solamente fruto de la pobreza extrema. También son fruto de la ética individualista. La obsesión social del éxito, dice Platt, incide decisivamente sobre la apropiación ilegal de las cosas. Yo siempre he escuchado decir que el dinero no produce la felicidad; pero cualquier televidente pobre tiene motivos de sobra para creer que el dinero produce algo tan parecido, que la diferencia es asunto de especialistas».

Eduardo Galeano
[Extracto de su artículo El imperio del consumo, publicado en el portal IADE]

APORTE

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lunes, 17 de mayo de 2010

[#279046] - Graffiti

[#279046] - Graffiti: "Maximas filosóficas

- No eres un completo inútil... por lo menos sirvo de mal ejemplo.
- Si no eres parte de la solución eres parte del problema.
- Lo importante no es saber, sino tener el teléfono del que sabe.
- El que sabe, sabe... y el que no sabe es jefe.
- Yo no sufro de locura... la disfruto a cada minuto.
- Es bueno dejar el trago, lo malo es no acordarse donde.
- El dinero no hace la felicidad... la compra ya hecha.
- Una mujer me arrastro a la bebida... y nunca tuve la cortesía de
darle las gracias.
- La inteligencia me persigue, pero yo soy más rápido.
- Huye de las tentaciones... despacio, para que puedan alcanzarte.
- La verdad absoluta no existe, eso es absolutamente cierto.
- Hay un mundo mejor, pero es mas caro.
- Ningún tonito se queja de serlo, no ha de ser tan malo.
- La mujer que no tiene suerte con los hombres no sabe la suerte que
tiene.
- No hay mujer fea, solo belleza rara.
- La pereza es la madre de todos los vicios, y como madre hay que
respetarla.
- No tomes la vida tan en serio, al fin y al cabo no saldrás vivo de
ella.
- Felices los que nada esperan porque nunca serán defraudados.
- El alcohol mata lentamente... No importa, no tengo apuro.
- La confusión es clarísima.
- Mátate estudiando y serás un cadáver culto.
- Lo triste no es ir al cementerio, sino quedarse.
- Tan malo es el trabajo, que hasta pagan por hacerlo."
domingo, 16 de mayo de 2010

Alucinante viaje biológico para comprobar que el color no existe (y II)

Alucinante viaje biológico para comprobar que el color no existe (y II): "

Después de que suceda todo lo que describí en la anterior entrega de esta serie de artículos sobre cómo percibimos los colores, en cuestión de milisegundos, la información visual, ahora codificada en función de los colores, se extiende a diferentes partes del cerebro.

La manera en que nuestro cerebro responda a esta información depende de la entrada de otros tipos de información y de las memorias que levante.

Sigue Edward O. Wilson:

Las pautas invocadas por muchas de tales combinaciones, por ejemplo, pueden hacer que la persona piense palabras que se refieran a dichas pautas, como: “Ésta es la bandera norteamericana; sus colores son rojo, blanco y azul”. Tenga presente el lector la siguiente comparación cuando considere la aparente obviedad de la naturaleza humana: un insecto que estuviera volando junto a nosotros percibiría diferentes longitudes de onda, y las descompondría en diferentes colores o en ninguno en absoluto, dependiendo de su especie, y si de algún modo pudiera hablar, sus palabras serían difícilmente traducibles a las nuestras. Su bandera sería muy distinta a la nuestra, gracias a su naturaleza insectil, por contraposición a nuestra naturaleza humana.

La química de los tres pigmentos de los conos (los aminoácidos de que están compuestos y las formas que adoptan sus cadenas al replegarse) es conocida. Lo mismo ocurre con la química del ADN en los genes del cromosoma X que los prescribe, así como la química de las mutaciones en los genes que causan ceguera para los colores.

Así pues, mediante procesos moleculares heredados, el sistema sensorial humano y el cerebro descomponen las longitudes de onda en unidades. Una disposición impuesta por la genética, y que por tanto no puede cambiarse por aprendizaje o imposición cultural.

La creación de vocabularios del color en todo el mundo está sesgada por esta misma limitación biológica. En un famoso experimento llevado a cabo en la década de 1960 en la Universidad de California en Berkeley, Brent Berlin y Paul Kay comprobaron la limitación en hablantes nativos de 20 lenguajes, entre los que se contaban el árabe, búlgaro, cantonés, catalán, hebreo, ibibio, thai, tzeltal y urdu.

Se pidió a los voluntarios que describieran su vocabulario de una manera discreta y precisa. Se les mostró una serie de Munsell, un conjunto de placas que varían a lo largo del espectro de color de izquierda a derecha, y en intensidad luminosa desde la parte inferior a la superior, y se les pidió que colocaran cada uno de los principales términos de color en su idioma en placas que se acercaran al significado de las palabras.

Aunque los términos varían de forma asombrosa de un lenguaje a otro por su origen y sonido, los hablantes los colocaron sobre la serie en grupos que correspondían, al menos de manera aproximada, a los colores principales, azul, verde, amarillo y rojo.

Ofrecida la base genética de la visión de los colores y su efecto general sobre vocabulario del color, ¿cuán grande ha sido la dispersión de los vocabularios entre las diferentes culturas? Pues depende. Pero la expansión no ha sido de ninguna manera aleatoria.

Podéis leer más sobre ello en el artículo Las formas que tiene el lenguaje de referirse a los colores que escribí para Papel en Blanco.

Vía | Cómo funciona la mente de Steven Pinker / Las gafas de Platón de Sergio Parra / Consilience de Edward O. Wilson

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Alucinante viaje biológico para comprobar que el color no existe (I)

Alucinante viaje biológico para comprobar que el color no existe (I): "

Por mucho que filósofos y pensadores de todas las épocas de la historia hayan elucubrado sobre cuánto hay de verdad en lo que vemos y cuánto hay de construcción mental, lo cierto es que empezamos a desentrañar esas cuestiones cuando la ciencia empírica aplicó su microscopio escudriñador.

Basta de filosofías, el color no existe en la naturaleza. O, al menos, no existe en la naturaleza tal y como pensamos que existe. La luz visible está constituida por una longitud de onda que varía continuamente, sin ningún color intrínseco en ella.

La visión del color es impuesta sobre esta longitud de onda por los conos, las células fotosensibles de la retina, y las neuronas que los conectan al cerebro.

Si os apetece, podéis iniciar este viaje a través de un audio, el capítulo 6 de la novela podcast Las gafas de Platón, que yo mismo intento leer, y que contiene un fragmento dedicado a este descubrimiento:

Gracias a la casualidad (mi contrateísmo no me permite decir a Dios) me tropecé con un artículo sobre la luz y sus características. Aquella lectura fue la que atrapó para siempre mi interés, la que estiró el cordel de mi ingenio y mi sentido de la maravilla, enredado hasta aquel momento de un modo inextricable en mi cerebro. A menudo, mientras pintaba mis cuadros impresionistas, me había asaltado la curiosidad acerca de si los demás percibían igual que yo aquel conjunto de colores yuxtapuestos, pero deseché el intento de saciarla al no contar con la herramienta objetiva necesaria. Al terminar aquel artículo y aprender cómo informaba el ojo al cerebro sobre las longitudes de onda de la luz, había hallado esa herramienta: la ciencia.
No se conoce si las sensaciones subjetivas que distintas personas asocian con longitudes de onda concretas son idénticas, no obstante la ciencia puede constatar a nivel físico qué es el rojo y qué es el azul. La función principal de la ciencia era aquella: determinar de un modo más objetivo cómo son o cómo funcionan los fenómenos que nos rodean.

La visión del color empieza cuando la energía luminosa es absorbida por tres pigmentos diferentes en los conos, a los que los biólogos han denominado células azules, verdes o rojas en función de los pigmentos fotosensibles que contienen. La reacción molecular que la energía luminosa desencadena es transducida en señales eléctricas que son retransmitidas a las neuronas del ganglio retinal que forman el nervio óptico.

Aquí la información de longitud de onda es recombinada para que proporcione señales distribuidas a lo largo de dos ejes. El cerebro interpreta un eje como verde a rojo y el otro como azul a amarillo, estando el amarillo definido como una mezcla de verde y rojo.

La intensidad de la señal eléctrica que se transmita a continuación informa al cerebro de la cantidad de rojo o verde que está recibiendo la retina. La información colectiva de este tipo procedente de un enorme número de conos y de neuronas ganglionares retorna al cerebro, a través del quiasma óptico y hasta los núcleos geniculados laterales del tálamo, que son masas de neuronas que constituyen una estación de paso cerca del centro del cerebro y, finalmente, a conjuntos de células de la corteza visual primaria en la parte posterior extrema del cerebro.

En la siguiente entrega de esta serie de artículos continuaremos el alucinante viaje biológico para comprobar que el color no existe.

Vía | Cómo funciona la mente de Steven Pinker / Las gafas de Platón de Sergio Parra / Consilience de Edward O. Wilson

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viernes, 14 de mayo de 2010

Autoridad suprema

Autoridad suprema: "Autoridad suprema

—¡NO! ¡Les dije que eso no se hace! ¡BASTA!

—Querido, me preocupa el nene. ¿Por qué no conversás con él?

—Dejá, son cosas de la edad. Mejor que se lo haga a los juguetes ahora y no a los hijos cuando crezca.

—¡No les di libre albedrío para eso! ¡ADÓRENME!


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domingo, 9 de mayo de 2010

CARTA AL PRESIDENTE CHÁVEZ

" No hay peor sordo que el que no quiere oir, ni peor ciego que el que no quiere ver."(Refrán popular) Presidente Chávez,en reiteradas ocasiones usted menciona la frase atribuida a Jesús de Nazareth:" El que tenga ojos que vea y el que tenga oidos que escuhe.",sin embargo,al parecer usted obvia ex-profeso el significado implícito de la misma¿Manipulación de la fé y el sentimiento de las masas?; así mismo,con frecuencia exclama:"Los Gobernantes deben gobernar obedeciendo al pueblo" entonces,le pregunto ¿Es pura retórica demagoga?¿Lo obnubiló el poder?¿La arrogancia es su discurso?¿Su punto de vista es el único válido?. Usted no predica con el ejemplo y se ha vuelto ciego,sordo y mudo, es decir,no quiere ver,no quiere oir y no quiere hablar sobre las deficiencias y críticas en cuanto a la pésima gestión de gobierno de los "rojos,rojitos" en todos los niveles. Hace poco creó en Twitter @Chavezcandanga una cuenta que según usted le sirve para estar en contacto con el pueblo,sin embargo,usted sólo entiende por contacto los comentarios que lo adulan y le ruegan ayuda y soslaya de manera intencional las críticas y denuncias que la gente le hace a no ser que,usted sólo considere pueblo a quien le adule y le pida acción social del gobierno a sus necesidades y no al que crítica,comenta o señala la ineficiencia, la corrupción y la mediocridad de sus funcionarios, banalizando dichas críticas,comentarios y señalamientos. Quien le escribe lo ha apoyado idelógica,política y electoralmente desde que usted irrumpió en el campo político,se inscribió en el PSUV y se ha beneficiado de algunas de las misiones sociales;no obstante,no soy un eunuco mental que usted pueda banalizar a su antojo y, no soy ni seré jamás un escuálido ni salta talanquera.Soy una persona con criterio propio que ama y practíca la justicia, la solidaridad,la igualdad, la moral y ética,el conocimiento y sobre todo ama a su país, si esto me identifica como un revolucionario,entonces lo soy;pero,tengo derecho a expresar mi libre pensamiento y no puedo ni debo callar mi conciencia por lo tanto,considero que lo que usted como yo desea para todos los habitantes de nuestro país se está desviando del rumbo que amerita una autentica revolución.Revolución en términos de la física se equipara a aceleración y se observa lo contrario, mi entorno habitacional,familiar y educativo, manifiesta desencanto y frustración,muchos y frecuentes errores e irregularidades se cometen,desidia ante los reclamos de los sectores populares, aquí nada sirve,nada funciona, pero usted, bien gracias, premia a los incompetentes con enroques ministeriales y caen en la más insólita conducta omisiva al permitir tales incongruencias revolucionarias.En resumen presidente,analizando la realidad "real" de la situación general del país no la "virtual" que le manifiestan sus funcionarios, hay argumentos razonables y válidos para manifestar inconformidad en todos los niveles de gobierno y, en lo personal visualizo e interpreto pesimismo por parte de muchos ciudadanos que aún mantienen confianza en usted, temiendo que vuelvan al poder los vende patria, los especuladores,politiqueros y otros tantos malos bichos cuartos-quintos republicanos, siendo necesario de su parte considerar que la cultura del voto castigo sigue inmersa en la conciencia de los pueblos aún cuando sea peor el remedio que la enfermedad.Cita:"Yo conozco al pueblo:cambia en un dia.Derrocha pródigamente lo mismo su odio que su amor."Francoise Marie Arouet(Voltaire)Escritor y filósofo francés(1694-1778).Saludos.